Trabajo de un modo directo en el sector del e-learning desde el año 1995, para mí el año en el que nació el e-learning en España con la fundación de la UOC y desde 1972 vinculado al mundo de la educación.
Por tanto son varios miles de personas a las que he tratado, conocido, admirado, muchos me han enseñado mucho y otros -los menos- me han enseñado hasta qué punto puede llegar la miseria humana, el engaño, la mentira, la doblez o cualquier otro defecto de los que nadie podrá nunca sentirse ajeno. Los más sabios siempre son los más humanos y más sencillos. He tenido el placer de disfrutar con la amistad, la presencia, la enseñanza y la colaboración de muchas personas de las que siempre se aprende, generosas con lo que saben porque siempre saben dar más que recibir. Sigo con ilusión joven cientos de webs, mensajes, listas, publicaciones, libros, congresos donde muchas veces coincidimos siempre los mismos (no es tan grande todavía el sector del e-learning) y me entristece a veces encontrarme con personas que insultan, copian, mienten o hacen del menosprecio su enseña vital.
El año 2003 en una feria en Valencia, un personaje se sorprendió al conocer «al presidente de AEFOL» y comprobar que no sabía algún tema tecnológico de último grito. Años después este personaje de singular factoría participó en varios eventos con nosotros: Sevilla, Barcelona, etc., olvidando lo que me comentó una vez. «yo solo hablo si me pagan» era tan alto su caché y sabiduría que lo olvidó pronto cuando su empresa «le invitó a no desaprovechar» la oportunidad que AEFOL le ofrecía a él y todos nuestros ponentes de ponerle delante para que le escucharan a más de 50, 100 ó 300 personas (que siempre están ocupadas) pero que tienen la bondad de escuchar las brillantes ideas, algunas más comerciales que otras, que el gurú les estaba brindando. Este personaje me ha ridicularizado en público, a través de un triste email. No me importa. Ni pienso responderle, no lo hago nunca ante ataques sin fundamento, ni lo haré salvo que el honor de los míos esté en juego, entonces no habrá barreras para defender a los de mi sangre. Los ataques a mi persona nunca me han hecho perder el tiempo.
Reto a dicho personaje, él sabe muy bien quién es, a que cuándo quiera, dónde quiera y cómo quiera debatamos sobre sus mentiras, podamos mostrar nuestros diferentes puntos de vista y dejemos que el público piense libremente. No hay nada mejor en el mundo que la libertad y yo creo mucho en la expresión libre. Faltaría más, querido amigo.