Millones de personas oran los viernes en la Mezquitas, los sábados en las Sinagogas y los domingos en las Iglesias católicas, protestantes de todo el mundo. Yo también lo hago.
No acabo de entender como alguien es capaz de ofender los sentimientos de otra persona bien sea con una caricatura o lanzando un petardo, no ya su fe -que para muchos es lo más importante de sus vidas- sino simplemente su dignidad como ser humano.
El respeto es básico si queremos convivir en este mundo global, sin fronteras. Por eso creo que la educación es básica para ayudarnos a entender al otro, a conocer su cultura, su religión, sus sentimientos para poder así respetarlos. Somos y seremos iguales, por mucho que se empeñen en insultar a un jugador negro en un campo de fútbol.
En mi país, España, se ha puesto de moda que jóvenes se envíen grabaciones de golpes o peleas, otros que se reúnan en torno al botellón y beban como único modo de diversión. Nos hace falta más educación, más e-learning, nuevas formas de aprender a convivir. ¿Qué pasaría si los jóvenes enviaran mensajes educativos en lugar de violentos? ¿Es tan difícil pensar nuevas fórmulas de comunicación que nos ayuden a ser más tolerantes y educados?