Si no tenemos tiempo para pensar, difícilmente encontraremos tiempo para formarnos. El frenético ritmo de cambios en el trabajo nos obliga a formarnos continuamente y a encontrar tiempo para pensar. Es imprescindible conseguirlo si queremos ser más competitivos.
He estado un par de días reunido con amigos y colaboradores. Nos hemos apartado de la vida diaria, en una singular casa del Maresme, buscando tiempo para pensar, para analizar lo que hacemos a diario, ver lo que va bien y proponernos puntos de mejora en lo que detectamos que no va del todo bien y por tanto puede mejorar. Han sido dos jornadas intensas. Cuando trabajaba en la UOC las solíamos hacer al menos dos veces al año y les llamábamos «tancades«. Les recomiendo que lo hagan, que paren su vida, su trabajo al menos una vez al año. Si lo hacemos cuando viajamos en un coche, para que descanse el motor, ¡cuánto más lo necesitamos nosotros!.
Si algo no nos sobra es el tiempo, el oro de nuestro siglo. Al regresar de este retiro frente al mar, me da alegría encontrarme de nuevo, con usted amigo lector, para que entre todos podamos aprender a aprovechar más el tiempo y a pensar de modo diferente, para formarnos también de modo eficaz.
Y el próximo viernes, 24 no se pierda el Seminario sobre China en Sant Cugat, en el que colabora mi empresa Grupo RIAL y en el que tendremos la suerta de contar con una interesante conferencia de Pedro Nueno, profesor del IESE