Que el tiempo fluye y pasa muy rápido, es algo que experimentamos a diario. Tengo la sensación que fue ayer cuando en este mismo Blog, compartía con usted amable y querido lector, primero la enfermedad y luego la pérdida de mi querido amigo Iñigo Babot.
El sábado 2 de febrero a las 18h más de 400 personas recordamos en la Iglesia de San Antonio, en la calle Santaló de Barcelona, la marcha al cielo de Iñigo. Allí estaba su familia decenas de amigos que con gran silencio y devoción, ¡rezando!, asistieron a Misa. El sacerdote al finalizar nos dijo: ¡gracias! y me pareció como si fuera el portavoz de Iñigo.
Tengo que decir, siempre desde mi opinión, que en este año el hueco que ha dejado Iñigo en el mundo del e-learning, no ha sido cubierto por nadie. Lo que confirma lo que ya dijimos y comentamos en aquellos tristes días y en el XI Congreso EXPOELEARNING tanto en Madrid como en Bogotá.
Suele pasar con los grandes maestros, en cualquier ámbito, que dejan con su trabajo honda huella. Esto no nos debe entristecer, al contrario, nos debe servir de estímulo para que otros jóvenes o no tan jóvenes, profesionales que quieran lanzarse a estudiar y profundizar todo lo que se relaciona con la formación on line. La huella de Iñigo seguirá viva, su camino y enseñanzas bien merecen prolongarse de un modo u otro.
El mundo de la formación sigue girando, avanzando a su ritmo, sin pausa, ni descanso. Muchas empresas cierran otras abren, unos cambian de trabajo, otros emprenden, unos publican tesis doctorales, otros lanzan innovadores productos. Para los estudiosos queda la obra amplia, profunda del trabajo del Dr. Babot que se puede ver y seguir en Internet.
Ayer pensaba al ver tanta gente rezando con devoción en la Misa primer aniversario, que lo mejor de la vida de una persona no son los títulos, los honores o la fortuna, justamente es lo inmaterial, lo que no se ve ni se puede comprar, ni siquiera adquirir con horas de esfuerzo y duro trabajo, ni mucho menos con dinero, lo mejor que puede dejar un hombre cuando se va, es el ejemplo de una vida plena, generosa, entregada y dada por y para los demás, para su familia, ser orgullo de sus padres, amor para su esposa y dos hijas, justamente es eso: el amor, lo más importante, tal y como recordó en su homilía el sacerdote, como vimos todos los que estuvimos allí y los que desde cualquier parte del mundo comparten su amistad que no muere nunca, por ser eterna e inmaterial.
Un intenso año que ha pasado como un suspiro. Recuerdo imborrable. Amistad viva. Magisterio eterno. Ejemplo de oro. Seguimos, por y para siempre. Adelante, siempre adelante.
© José Lozano Galera
Sant Cugat, domingo 3 de febrero de 2013