Paso dos días trabajando en una de las mayores multinacionales del mundo del sector de electrodomésticos. Un grupo de 7 jóvenes ingenieros con gran talento me muestran el trabajo que han realizado.
Me quedo gratamente sorprendido que sin la ayuda de ningún experto en formación y con la colaboración de una empresa informática han desarrollado una solución formativa on line que les está funcionando: una sencilla plataforma y un par de cursos con una resolución singular pero que funcionan. No pensaron en el modelo, ni se asesoraron, ni visitaron ferias o congresos. Pero tienen un gran sentido común, una experiencia única, conocen bien su trabajo, el producto que deben dar a conocer y sobre todo los destinatarios de la formación a medida que desarrollan. Surgen ideas, nuevos formatos, incluso soñamos con nuevos proyectos, reto y metas. En el e-learning como en el vida cada caminante encuentra su camino, como cada maestrillo tiene su librillo.Regreso a Sant Cugat y en la autopista recuerdo el modelo de la «auto-formación«: viajo (me formo), conduzco un coche (plataforma) que tiene contenidos (gasolina) y tengo un destino (objetivos formativos) a donde llegar. La vida como el e-learning es a veces más sencillo de lo que pensamos.