Una de las barreras que tuvimos que saltar cuando fundamos la UOCfue convencer a los nuevos estudiantes que los estudios que iban a cursar desde las habitación de su casa tendrían el mismo reconocimiento y validez en el mercado, que si asistieran a clase en un aula de una Universidad presencial.
Y con el tiempo así ha sido. Hoy un graduado de la UOC es muy bien aceptado en la empresa porque ha demostrado disciplina, exigencia, sacrificio, automotivación, esfuerzo y muchas otras cualidades necesarias en cualquier empleo.
Que los de nuestra generación estamos más acostumbrados a aprender en un aula que delante de una pantalla de ordenador, no cabe duda, pero, en mi opinión, por los tiempos que vienen, estoy convencido que los jóvenes actuales preferirán aprender con un iPAD que en una sala. Defiendo y entiendo que ambos sistemas de aprendizaje son totalmente válidos. Para mí lo importante es que el estudiante/trabajador aprende/se forme con el medio que más le guste y sirva.
Al final el que sabe, sabe y el que no, no sabe nada.