Estoy un poco cansado de escuchar y leer, desde hace muchos años, que solo los jóvenes pueden ser emprendedores o ver como se asocia la palabra emprendedor a joven. No estoy de acuerdo.
Afirmo que no hay edad para emprender, para hacer realidad tus sueños mientras vives. Conozco, y usted querido lector, seguramente también, a muchos jóvenes que son incapaces de poner en marcha nada, que viven como una piedra, algunos los llaman “ni-nis” y no hay peor cosa en la vida que te digan: “ni trabajas-ni estudias” ¿qué haces entonces?
Bien es cierto que la juventud es la etapa de la vida donde las personas tienen más ilusión y fuerza para poner en marcha cualquier proyecto vital. Donde nos formamos, aprendemos y nos iniciamos en el mundo laboral, quizá hoy menos que ayer. Pero asociar esta etapa como la única para emprender es un claro error. Y hablo por experiencia.
También es cierto que la madurez es una etapa vital más tranquila, donde se tiene menos afán de emprender nuevos proyectos o simplemente de “complicarse la vida”. Uno prefiere vivir más tranquilo y espera con más o menos ansias la llamada jubilación, de jubilare, alegría.
Hacen un grave daño los que se empeñan en afirmar que el emprendedor solo puede ser joven y se olvidan de los miles, millones de profesionales veteranos con probada experiencia que son capaces de aportar todo su experimentado talento al servicio de nuevos proyectos e ideas, tanto en la empresa donde trabajan como en su propia empresa.
¿Se han fijado ustedes en la edad de los empresarios de más éxito del mundo o de los más ricos? ¿Cuántas jóvenes hay? En cada etapa de la vida te toca hacer algo concreto y único que te costará más hacerlo en otra, pero emprender lo puedes hacer siempre, a cualquier edad.
¿Un empresario nace o se hace?, eterna pregunta, que yo respondo: “Un empresario o emprendedor, que para mí es lo mismo, lleva en su ADN un afán por innovar y trabajar en proyectos propios. La formación y experiencia a lo largo de su vida, le ayuda a alcanzar sus objetivos y desarrollar los proyectos en los que ha soñado siempre. Un empresario nace y se hace”
La cuestión no es la edad, por tanto, sino tener siempre espíritu joven, que es la esencia de emprender con renovada ilusión y esfuerzo cada día de tu vida. Si no lo tienes nunca serás emprendedor, tengas la edad que tengas.
© José Lozano Galera, Sant Cugat, 4 de setiembre de 2012