Carta XIX al profesor Dr. Javier Fernández Aguado, en este verano donde la calor no agota las ideas, ni es capaz de interrumpir esta singular correspondencia digital en este Blog.
Caro Javier,
Me hizo mucha ilusión ver tu libro de conversaciones sobre la felicidaden una librería de un bello pueblo en la costa catalana, antes pescador, hoy turístico, en ese espacio –no muy grande- se encuentra una de las librerías que más me gustan, cuando entro siempre voy a ver tus libros que ocupan un lugar destacado.
La felicidad a la que podemos aspirar aquí es intrínseca a la persona y si esta no la busca y comparte con generosidad en su vida personal, por mucho que se empeñen las empresas y esos directores de RRHH que quieren hacer felices a sus empleados, difícilmente la alcanzará. Yo soy feliz en mi empresa porque lo intento ser en mi vida privada. Voy a trabajar con alegría e ilusión, y esto forma parte de mi camino hacia la felicidad que nunca será completa en esta tierra, porque el alma (también de las organizaciones) no se sacia con lo que encuentra aquí abajo. Esto lo aprendí hace muchos años y lo experimenté en el Camino de Santiago que hicimos con Isabel @isfuar y un matrimonio amigo el mes de julio, hace ahora un año.
Tú que eres un gran especialista en los clásicos, me gustaría saber tu opinión sobre la versión moderna que ha redactado y publicado Andrés Trapiello sobre el Quijote. La estuve mirando, pero preferí comprar la edición preparada por el profesor Francisco Rico, quizá porque aprendí Literatura con manuales suyos y porque leí y enseñé el Quijote tal cual lo escribió Cervantes, cuyos restos en paz descansen definitivamente en el Madrid de los Austrias.
Me resisto a admitir que la LOMCE del exMinistro Wert haya reducido la Literatura a un espacio residual en el Bachillerato ¡qué gran error, Wert! En lugar de inventarse nuevas formas de aprendizaje, eliminan las Humanidades en el saber de nuestros jóvenes que pierden así referencias vitales, capacidad de análisis y de aprender formas de buscar la felicidad, algo que han hecho todos los hombres y que algunos lo han compartido escribiendo.
Tú y yo amamos la Literatura, tal como es y fue escrita. No me pasa por la cabeza una Capilla Sixtina actualizada por Dalí o un cuadro de Picasso reconvertido en arte clásico. Hay que respetar la obra de arte tal como la concibió el artista en su época, en su momento y circunstancias. Y si no la entiendes procura comprender más y mejor la historia, todo lo que rodeó al artista en el momento que se puso a escribir, pintar o esculpir. Los clásicos lo son porque su obra perdura en el tiempo, porque sobreviven a las modas y gustos de cada época, porque nos aportan la esencia del ser humano y porque su lectura o contemplación nos hace más humanos y por tanto más felices.
Me hace mucha ilusión trabajar en los proyectos que como reto alto y noble me has planteado. Le he empezado a dedicar tiempo, que no es fácil encontrar, porque creo que podemos ser esos artistas que con los medios de hoy en Internet, son capaces de reflexionar sobre lo mejor que aporta el ser humano.
Aportar lo que he aprendido en la vida para ayudar a otras personas me hace muy feliz, por eso imparto clases y atiendo a numerosos estudiantes que vienen a pedir consejo para encontrar un empleo. Les explico lo que llamo “El método Lozano”, la verdad es que funciona: el 100% de nuestros becarios encuentran empleo.
Espero que estas calores en Madrid y en toda España, no resten un ápice de tu capacidad creativa y que pronto nos informes de la publicación de un nuevo libro o de cualquier otra actividad ligada a tu trabajo, que estoy seguro te aporta mucha felicidad.
Te deseo un muy feliz verano, junto a tu familia, que descanses cambiando de actividad, eso es lo que procuro hacer yo, disfrutando de los míos y dedicando más horas a leer y escribir (es lo que más me gusta hacer).
Te mando un gran abrazo y espero pronto tu epístola.
Sigue con salud,
© José Lozano Galera @jolozanoga
Sant Cugat, 14 de julio de 2015