La escuela diferenciada o el idioma del liderazgo

El profesor y consultor Dr. Javier Fernández Aguado ha impartido conferencias este verano en varios países de Latinoamérica. En su nueva carta, en esta correspondencia singular única en la blogoesfera española, habla de varios temas de actualidad y anuncia la próxima salida de su nuevo libro.

Caro José

Este verano, efectivamente, ha sido muy variado para mí. Tras unos días en Marbella con mi esposa e hijos, emprendí un viaje de tres semanas a Chile, Brasil y México. En Santiago impartí una conferencia para más de doscientos directores generales de grandes compañías chilenas o multinacionales que trabajan en ese país andino. Un gusto aprender tanto de tan extraordinarios profesionales. Luego, varios Medios entre los que destaca El Mercurio decidieron entrevistarme de forma amplia y reposada. Durante tres días trabajé con los directivos de Vertical –la empresa que me había contratado- para futuras alianzas y trabajos conjuntos en ese maravilloso país.

Brasil fue la segunda etapa de mi viaje. Allí pronuncié una conferencia para unos cinco mil directivos de RR.HH., en Sao Paulo. Es la segunda conferencia con aforo más nutrido que he impartido en mi vida. La primera fue en 2004, para unos 10.000 directivos en México D.F., invitado por el gobierno de Fox. Al igual que Chile, Brasil se encuentra en plena expansión. Pronto regresaré a ambos países.

La tercera etapa fue México. Allí trabajé con directivos de Pemex, primero en Villahermosa y luego en Toluca. Como siempre, un placer reflexionar con profesionales de esa macro empresa sobre las mejores decisiones a tomar en lo que al gobierno de personas se refiere.

En pocos días, el 15 de septiembre, arranca otro viaje que me llevará a Colombia, Guatemala y de nuevo a México. Dios mediante, me encontraré con cientos de directivos de esos países, en los Congresos de directores de RR.HH. que clausuraré en Cartagena de Indias y en la capital de Guatemala, antes de seguir trabajando con Pemex en Villahermosa y en Cuernavaca.

A decir verdad, he seguido poco las Olimpiadas. El tiempo que he podido lo he dedicado a mi esposa e hijos. De ellos aprendo y con ellos gozo.

En otro tema al que te refieres -la educación diferenciada- confluyen muchas ideologías e intereses. El mejor sistema para salir de inútiles discusiones sería, sin duda, el del cheque escolar. La libertad debe corresponder a los padres, pero los gobiernos –tanto de derechas como de izquierda- no desean que seamos nosotros quienes la ejerzamos. En el fondo, les genera miedo y prefieren el control. Me produce hilaridad cuando un gobernante sea central o autonómico habla de ‘los grandes esfuerzos que estamos haciendo’ para esto o aquello. ¿De qué hablan? ¿A quién pretenden engañar? Quienes llevamos la carga somos los contribuyentes, no quienes reparten aquello que nos obligan a entregar a sus supuestas buenas intenciones…

De la otra parte, en el tema de la educación, tampoco suelen ponerse negro sobre blanco las verdaderas cuestiones. Alguna de las instituciones implicadas en la educación diferenciada la defiende fundamentalmente porque en esos colegios establece los caladeros para su peculiar afán proselitista. La búsqueda de motivaciones pedagógicas es solo un escudo. Ninguno, pues, por decirlo de forma directa, juega limpio.

En cualquier caso, estoy contigo en que la libertad debería ser defendida por unos y otros de manera más patente. El cheque escolar, repito, sería la mejor opción. Los otros deberían confesar los verdaderos motivos que les mueven, porque todo lo que no es confesable es en realidad inconfesable. Como padre, añoro la libertad. Como ser humano, la sinceridad.

Acabo ya. En estos días llega a las librerías mi último libro: “El idioma del liderazgo”. Lo he escrito con el deseo de que, en estos tiempos de incertidumbre, muchos encuentren vías para asumir esa capacidad de generar compromiso en otros en la que consiste en el fondo el liderazgo. En pocos días aparecerá también “El management del siglo XXI”, una obra de Christopher Smith en la que recoge una veintena de textos –de Eduardo Punset, Luis Huete, Edward Arroyo, Marcos Urarte…- sobre mi pensamiento. Desde aquí manifiesto mi reconocimiento por ese esfuerzo del que me hizo saber hace pocas semanas.

Sigue con salud,

Javier Fernández Aguado
11-9-2012

 

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