La pandemia mundial del coronavirus COVID-19 ha cambiado el mundo. Ha roto todos los planes y desgraciadamente ha causado miles de muertos, en España más de 28.000. Esto ha obligado al Gobierno a declarar el Estado de Alarma, que obliga a los ciudadanos a vivir confinados en sus casas. Está causando una enorme crisis económica y social. Nunca nada igual hemos vivido en nuestra reciente historia y solo se podría comparar a otras pandemias de triste recuerdo en la historia de la Humanidad.
Ante estas circunstancias la Hermandad de la Virgen de Nuestra Señora del Rocío de Cornellà, tomó la decisión de suspender todas sus actividades, siguiendo las instrucciones de La Hermandad Matriz de Almonte que suspendió la Romería del Rocío 2020, algo que muy pocas veces ha pasado en los siglos anteriores desde sus lejanos inicios en el siglo XIV, que se viene celebrando esta Romería de tan larga tradición secular, que mueve cada año a más de un millón de personas, rocieros de todo el mundo, que caminan con fe para ver a la Señora de las Marismas y a su Pastorcillo Divino, en su blanca ermita, en ese rincón de Huelva, un trocito de España, que tanto valor aporta a la fe de millones de personas.
¿Puede suspenderse la Romería del Rocío?
Creo que no porque el Rocío se siente y se vive en el corazón de cada rociero, de un modo muy personal. No hay dos Rocíos iguales, ni un rociero lo vive igual que otro. Todos somos diferentes, todos vivimos la misma Romería de diferente modo.
Sí, se ha suspendido el largo viaje de más de mil kilómetros de Cornellà a la aldea del Rocío, atravesando media España, 15 horas en autocar, cantando y rezando. La llegada a la casa alquilada por la Hermandad, la preparación de la Romería de Almonte, con noche en el camino, bajo los pinos del coto, para llegar a presentarse con nuestro Simpecado a los pies de la Blanca Paloma. El rezo del Santo Rosario, la Misa del domingo y por fin en la madrugada del lunes de Pentecostés, la imagen sin igual de Nuestra Madre la Virgen del Rocío, nos visita en nuestro humilde puesto, en la calle de arena, bajo un eucalipto.
Todas esas emociones, efectivamente, este año 2020, no las viviremos de un modo físico, por causa de fuerza mayor, originada por el coronavirus, pero estoy convencido que cada hermano y hermana de la Hermandad, hombre o mujer, niño o adulto, tenga muchos o pocos años, lo está viviendo, recordando y rememorando en su corazón.
Es ahí donde se vive el Rocío de Luz, un Rocío diferente, de recuerdo y memoria profunda, de un modo íntimo, como nunca se ha celebrado, con un amor renovado a la Señora, como si fuera un año de barbecho, como si la Señora nos dijera a cada uno: “Este año estaré solo en tu corazón, este año te visito solo a ti, quiero estar contigo de otro modo, este año vengo a visitar tu alma, para que me contemples en tu casa, para que reces y contemples el Amor que te tiene mi Hijo y yo”
Viajemos o no al Rocío este año 2020, el Rocío nunca muere, siempre está vivo en el corazón y en el alma de un buen rociero. Por eso, este año de pandemia, de crisis mundial, no iremos a ver a la Virgen en su santa ermita, como cada año, porque ella ha querido visitar nuestros pobres corazones, para darnos ese gran mensaje de Amor eterno, un mensaje de amor a los demás, de solidaridad, de cambio en nuestras vidas.
Este año el Rocío eres tú.
José Lozano Galera
Delegado de Formación de la Hermandad del Rocío de Cornellá
Sant Cugat, 20 de mayo 2020