Paco Patentes

Me llama mi amigo Paco y me dice que se ha jubilado. Este artículo va para él, con todo mi cariño.

Francisco Gutiérrez, se presentó hace 11 años en nuestra pequeña oficina de Sant Cugat. Aquel pequeño despacho de no más de 6 m2 fue testigo de nuestra primera conversación ¿o quizá fue con tu hijo?. Contacté con él, por medio de una revista, muy amable se desplazó desde su despacho en la calle Diputación en el centro de Barcelona, para hablar con nosotros, que en aquellos momentos estábamos en la fase inicial de desarrollo, luego lo visité muchas veces en su oficina, uno de esos pisos grandes del Ensanche barcelonés.

Paco, el mejor agente de patentes y marcas, que conozco, fue el que nos registró las marcas de AEFOL EXPOELEARNING, desde entonces mantenemos una bonita amistad.

Paco, (al que llamamos con todo cariño Paco Patentes) nació y se crió en su querida Valladolid, de la que lo sabe todo. Una vez que visitamos la ciudad castellana por un Congreso, le llamé y me recomendó un excelente restaurante. Las veces que ha traído vino de la Ribera del Duero, su preferido a las comidas de networking. Paco es de esos hombres que le encanta hablar, alternar, relacionarse con los demás. Me enseñó su despacho, y su piso en el ensanche barcelonés. Ahora vive con Cristina en Terrassa, prueba de su amor y entrega a su segunda mujer. Abuelo orgulloso de sus dos nietos. Hombre generoso, gentil, elegante, divertido y educado. Es un placer compartir mesa y mantel con él.

Hace cuatro años decidí organizar unas comidas de amigos los primeros viernes de mes en la Masía Can Ametller de Sant Cugat, Paco no ha faltado a casi ninguna y apoyó esta iniciativa desde el inicio. Ya hemos celebrado más de 30 encuentros, convirtiéndose en el pasado curso, en comidas de networking con ponente invitado, con el apoyo del Ajuntament de Sant Cugat. El próximo año tenemos previsto organizar cuatro más.

Recuerdo un viaje a Lisboa, le comenté que tenía que ir a un Congreso de e-learning y él me acompañó. Lo pasamos fenomenal aquella noche en la que fuimos a uno de los mejores bares de la capital de Portugal y le presenté como directivo del Barça (porque lo parecía)…nos reímos muchos. O cuando fuimos al Liceo, todo un señor. O cuando íbamos a comer al Moncho’s frente al mar, con aquel sujeto que se fugó a Brasil o de fiesta en Oliver, con aquel italiano. O cuando me invitó a aquella comida de Hispasia, que ahora ha resucitado, o cuando fui a ver a su cliente dentista… Tantas y tantas ocasiones que hemos compartido juntos y que cimientan una bonita y singular amistad, que nació sin buscarlo.

Paco ha cedido inteligentemente la empresa GPI que fundó a su hijo, pero él no se jubilará nunca, su cabeza seguirá trabajando. Ahora tendrá más tiempo para aprender a jugar al golf, estar con su familia, viajar y dedicarse a sus amigos. Todo un caballero castellano que vive en una Catalunya en proceso de cambio. Una cosa que tenemos pendiente es probar su tortilla de patatas, espero que sea pronto.

Un abrazo, Paco, querido amigo, adelante, siempre adelante.

© José Lozano Galera, Sant Cugat, 6 de diciembre de 2015

 

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