No sé si usted, amigo lector, tiene la misma experiencia que desde hace años, vengo experimentando yo: cada vez se responden menos emails.
Recuerdo todavía como el «head hunter» de una de las empresas españolas más importantes del mundo de selección de directivos me dijo cuando me entrevistaba: «tú eres para mí la materia prima de mi trabajo«. No se me ha olvidado. Lo recuerdo siempre cuando veo al directivo que me lo dijo en la prensa o acompañando a políticas muy famosas. En aquella entrevista me sentía mucho más que materia y la prima de riesgo todavía no era la obsesión de nuestros políticos que mal nos gobiernan. Ni me sentía entonces «materia prima» y mucho menos ahora.
En nuestra empresa AEFOL www.aefol.com respondemos siempre a todos los emails (cosa cada vez menos frecuente) y por supuesto damos prioridad a responder a las demandas de empleo que nos llegan cada día. Procuramos atender bien a todo el mundo, y si alguien no queda contento con nuestro trabajo, procuramos compensarle, saber las causas y rectificar. Buscamos siempre la satisfacción de nuestros clientes, servirles mejor cada día, pero tampoco nos obsesiona con fidelizarlos a toda costa. Si alguien se va y no nos dice por qué o no quiere ser cliente, le deseamos lo mejor y dejamos siempre la puerta abierta.
Para nosotros las personas que nos envían un email con su currículum, no son materia prima, sino seres humanos como tú, como yo, en busca de oportunidades y se merecen que le dediquemos un minuto a acusar recibo a su petición.
Por eso casi siempre en los emails que envío, escribo: «Gracias por responder» para que el destinatario recuerde que un email es una conversación o emisión de un mensaje entre dos o más personas, que no somos máquinas y menos materia prima.