No seré yo quien discuta la importancia del famoso método matemático de división de polinomios, más conocido como el «Método de Ruffini» pero sí me atrevo a cuestionar los programas y la forma de enseñar en nuestros colegios.
Cada vez que la prensa publica una estadística o un informe sobre la educación en España es para hacernos llorar. Bien sea el Informe Pisa o el ranking de las 100 primeras universidades del mundo, donde no aparece ninguna española. ¿Qué está pasando en nuestro país? ¿Vamos a ser capaces de estar en los primeros puestos de la educación mundial?
Sin embargo y es sumamente curioso, empezamos a estar más acostumbrados y orgullosos con nuestras Escuelas de Negocio, medios como el «Financial Times» o «The Economist» publican anualmente sus rankings donde el IESE y ESADE suelen ocupar los primeros puestos en el mundo competitivo y de alto nivel de las Escuelas privadas que forman a nuestros directivos.
¿Cómo es posible esto? ¿Es sólo cuestión de criterios, de estadísticas? ¿O piensan ustedes que estamos ante una realidad incuestionable y que bien merecería la atención de la Ministra de Educación o de algún político que quisiera hacer algo positivo para su país?
Yo apuesto por cuestionar todo el sistema educativo español. Por replantearnos el qué enseñamos:los programas, contenidos, métodos, estrategias, etc., el cómo enseñamos, la motivación de los profesores y la incorporación continua de nuevas formas de aprender, sobre todo a través del e-learning.
Nos va en ello el futuro de todos. O hacemos algo en serio o el «Método de Ruffini» seguirá ocupando un espacio de dudoso aprovechamiento.